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Bobby Fischer: un auténtico retrato de claro oscuro |
Uno de los personajes más fascinantes en la historia del ajedrez y de cualquier deportes es sin duda Robert James "Bobby" Fischer. El estadounidense que tenía una fuerza de juego única, una genialidad que se plasmaba en sus espectaculares partidas. Jugaba a ganar como lo hacen los grandes, lo que lo llevó no solo a aplastar a sus rivales, sino a alcanzar la cima del ajedrez mundial al derrotar a Boris Spassky en Reykjavik en 1972, transformándose en el héroe americano que derrotó a los soviéticos que dominaban el ajedrez mundial.
El genio americano analiza tranquilo |
Parecía que el reinado de Bobby Fischer iba a ser muy largo, no se veía ningún enemigo que le pudiera arrebatar la corona de campeón mundial por muchos años, pero apareció su mayor enemigo, al único que Fischer no podía derrotar: el mismo. Se sumergió en el ostracismo y décadas después se transformó en el villano americano al jugar un match de exhibición en la antigua Yugoslavia y dar una serie de declaraciones muy polémicas que iban desde el odio a los judíos hasta alegrarse por el derrumbe de las torres gemelas.
Se ha dicho que Fischer sufría de esquizofrenia, los psicólogos y psiquiatras siempre tienen que dar nombres cuando alguien se sale de los parámetros normales de las reglas que la sociedad ha establecido. Pero en el caso de Fischer hay mucho de cierto, era el niño aislado que se refugió en el ajedrez, para escapar del mundo. En la actualidad su conducta escolar se podría llamar asperger.
Lo cierto es que Fischer es como una pintura de claro oscuro, con sus sombras y luces, el periodista español Leontxo Garcia describe muy bien al genio norteamericano: "Está científicamente demostrado que la frontera entre la genialidad y la locura es muy estrecha.. Bobby Fischer tenía un cociente intelectual superior al de Einstein, pero fue una persona muy infeliz". El propio periodista español asegura que al hablar con él una noche en la parte antigua de Frankfurt desató todo su odio contra las mujeres, los negros, los comunistas y los judíos.
Dos genios del ataque: Bobby Fischer vs Mijail Tal. |
Aunque esto no es de extrañar, ya que Fischer como supuesto enfermo de esquizofrenia, diagnosticado por psiquiatras que jamás lo trataron, ni siquiera lo conocieron, estaba solo, peleado contra el mundo y casi no tenía amigos, salvo algunos neo nazis si se les puede llamar amigos. Pero yo no lo catalogaría de loco en ningún momento, sino de una persona de malos sentimientos, un bellaco, ya que las opiniones que emitía eran opiniones que ha nadie le gusta escuchar, opiniones condenables desde todo punto de vista jurídico y moral, pero a la final opiniones que no se salían de la realidad, ni inventaban un mundo imaginario, solo que estaba de parte de los malvados por decirlo de alguna forma.
El chico Fischer enfrentado contra el gran Paul Keres |
Sin embargo, si bien no era ningún loco, no es menos cierto que las fobias, manías y delirios persecutorios que padecía, lo llevaron hasta la muerte, ya que la enfermedad que sufría en los riñones se le habría podido curar sin problemas si se hubiera dejado practicar a tiempo una cirugía renal, pero se rehusó de manera rotunda ya que estaba seguro que todo se trataba de un complot para matarlo en el quirófano. La enfermedad continuo avanzando hasta que se convirtió en incurable por su terquedad.
El adolescente Frischer entrena con amigo Williams Lombardy. |
En fin, la vida se le paso muy rápido a Bobby, entre tormentos y glorias, no había tiempo para más. Si bien no tuvo casi amigos, si tuvo muchos admiradores y detractores, sin duda mientras exista el ajedrez, existirá la inmortal leyenda de Bobby Fischer.
Aquí descansa para toda la eternidad el genio americano. |
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