Letanía de Luis Fernández Ardavín


    Cuando escuche a mi padre recitar este poema de Fernández Ardavín en mi infancia, no tendría más de seis años, pero se me quedó grabado en mi memoria, en especial la lapidaria primera estrofa "Se ha de ver tu calavera
al final de este camino
en las manos afiladas 
de un trapense o agustino
y donde hoy entran locas alondras del pensamiento
por la fuerza del destino ha de entrar mañana el viento..."
    Aquí se los dejo, para que disfruten de este extraordinario poema. 

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