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"Después de la Semana Santa, el lunes de Pascua nos vemos al mediodía en el Centro Comercial Sambil y nos tomamos un café". Fue lo que me respondió el Lcdo. José Ernesto Becerra Golindano cuando le pedí una entrevista sobre política e historia.
Así que el lunes 25 de abril de 2011, con un café y una grabadora de voz en mitad de la mesa comencé esta entrevista con una persona que para los tachirenses no necesita presentación, pero como el mundo de Internet traspasa las fronteras, antes de entrar con el contenido de la conversación, voy a resumir muy breve quien fue José Ernesto Becerra Golindano.
Nació en la capital del Estado Táchira, San Cristóbal, el 08 de junio de 1953, aunque en su corazón llevaba a Michelena, la tierra de su familia, que por cierto, entre sus familiares se encontraba el ex Presidente de Venezuela, Marcos Pérez Jiménez. Becerra Golindano fue un auténtico intelectual, un lector e investigador nato, preocupado por conservar los archivos y los documentos históricos, y divulgar el conocimiento. Fue miembro de número de la Sociedad Bolivariana, Presidente de la Academia de la Historia del Estado Táchira, docente universitario en la UCAT y ocupó el cargo de coordinador en dicha universidad. También trabajó en la docencia en educación media diversificada en el Liceo Luis López Méndez de Táriba. Fue Presidente del Fondo Editorial Simón Rodríguez de la Lotería del Táchira. Tenía un don de gentes que lo hacían destacar por su sabiduría para apaciguar las diatribas que surgían, enfocando un punto de vista que calmaba los ánimos de los enfrentados. Su espíritu colaborador le hicieron ganar el cariño de la gente.
En la entrevista que me concedió se abordaron temas históricos como el de la muerte del Jefe Civil Mogollón, un personaje siniestro de los tiempos de la dictadura del general Juan Vicente Gómez, quien cometió todo tipo desmanes, en Queniquea y El Cobre, sin que le hicieran nada, porque estaba protegido por Eustoquio Gómez, primo del Benemérito, quien lo había designado Presidente del Táchira. Como era tan violento lo trasladaron a Michelena, pueblo en el que continuó con sus abusos y barbaridades contra la población, por lo que le tendieron una emboscada en una iglesia de Michelena, con un ataúd lleno de armas, simulando que se trataba de un muerto para no despertar sospechas, pero Mogollón percibió de que se trataba y salió corriendo, pero al tratar de huir saltando una barda, (pared medianera) lo alcanzaron las balas, cayendo muerto. Unos zamuros (buitres negros) al verlo caer brincaron sobre el cadáver y le comieron los ojos. Por lo que la gente del pueblo pensaba que había algo diabólico en que los zamuros le comieran los ojos justo al caer tendido en el suelo, como si lo estuvieran esperando. Sus tías presenciaron este episodio y le contaron años después que una de ellas cogió una sabana y lo tapó y aseguraron que no había nada de sobrenatural en eso, ya que donde cayó el cuerpo habían muchos zamuros porque allí funcionaba una tenería (curtiduría) y solían lanzar pedazos de cuero con carnosidad a los zamuros para que se comieran la carne y pellejos, dejando el cuero limpio.
También nos cuenta cómo pudo entrar Marcos Pérez Jiménez a la Academia Militar de Venezuela, debido a que su madre no tenía recursos para enviar a sus dos hijos a la academia, ya que su hermano mayor, Juan, ya estaba estudiando en la Academia Militar. Por lo que la tía Salvadora, le envío un telegrama a un tío que era el coronel del ejército, Becerra Pérez y ocupaba el cargo de Director de la Academia Militar de Venezuela, explicando la situación de que su madre no podía enviarlo por problemas económicos y si lo podía ayudar para que ingresará como cadete y la respuesta del coronel Becerra Pérez fue "mándenmelo". Lo interesante de este episodio es que esta carta de una prima preocupada por la situación de su familia, cambió por muchos años la historia de Venezuela.
Hablamos del famoso crimen del catire Henry, en Táriba, que conmocionó a la colectividad Tachirense, el cual tuvo muchos sospechosos, la mayoría gente famosa de la sociedad, en especial relacionada con profesionales, pero a la final no apareció ningún culpable. Durante mucho tiempo los periódicos y revistas sacaron muchas elucubraciones por los presuntos asesinos. Se llevó como de costumbre preso a un chivo expiatorio, que a la final soltaron porque estaba claro que ese no era el responsable. Nunca se resolvió este crimen. Sin embargo, años después tuvo conocimiento de quien fue el posible asesino, por alguien que tuvo acceso al expediente, pero no quiso decirme el nombre, solo al finalizar la entrevista, y al asegurarse que la grabadora estaba apagada, me dio una pista del posible autor, una simple frase que era muy conocida, aunque el Lcdo. Becerra Golindano, fue sabio en no decirme el nombre porque de seguro lo estuviera escribiendo en estas líneas, lo que si puedo decir, es que de ser cierta la conexión entre la frase y el personaje, este ya tiene muchos años de muerto.
También conversamos sobre vivencias personales, el poder de la oración que lo salvo de una extraña enfermedad, que no había forma de descubrir que era lo que tenía. Su médico, el Dr. Mota le recomendó orar, por lo que acudió al padre Roberto Arellano que le recomendó ir a los grupos carismáticos. Aunque no asegura que fuera por la oración, la realidad es que a mañana siguiente amaneció con una amígdala inflamada y gracias a esta amígdala inflamada se descubrió lo que tenía, le aplicaron un fuerte tratamiento con antibióticos y se recuperó.
Puedes ver la entrevista completa en el siguiente video de mi canal de YouTube, El Velero De Papel.
A continuación les dejo un artículo del ex Gobernador del Estado Táchira, César Pérez Vivas, quien fue amigo durante muchos años de José Ernesto Becerra Golindano, quien falleció el 12 de octubre de 2021 por consecuencias del Covid 19.
José Ernesto Becerra Golindano
por: César Pérez Vivas
La mañana de este 12 de Octubre, día histórico por demás, comienza con la infausta noticia del fallecimiento de uno de mis grandes amigos y compañeros. Ha partido de este mundo José Ernesto Becerra, una persona extraordinaria, un amigo sincero, un intelectual de gran valía, un educador a tiempo completo, un tachirense singular.
Forjó junto a su esposa Ledis Morales, un hogar ejemplar, centro de amor, solidaridad y luz, en pleno corazón de la perla del Torbes. Lugar obligado de encuentro, en nuestras peregrinaciones a las Virgen de la Consolación, por su extraordinaria cordialidad y por su proximidad a la basílica.
Sus hijos María Angélica y Ernesto José son fruto y testimonio amoroso de ese hogar Cristiano.
Me unió a él una amistad de toda la vida. Desde nuestros tiempos de estudiantes, la universidad nos encontró y nos permitió descubrir nuestro apego a los valores humanistas y cristianos, nuestro compromiso con la democracia, y con el desarrollo humano, nuestro interés por la historia y otras disciplinas del pensamiento, y nuestra vocación por la educación.
La labor educativa de José Ernesto se pierde de vista, en liceos y colegios de Tariba y San Cristóbal, en la Universidad Catolica del Táchira y en el diverso grupo de organizaciones e instituciones donde enseñó con pasión a tantos jóvenes venezolanos.
Historiador de densa formación y de fructífera obra . Su aporte al sostenimiento y desarrollo de la Académica de Historia del Táchira, donde ocupó todos los cargos, incluida la presidencia, quedara como un legado para las futuras generaciones de tachirenses y venezolanos.
José Ernesto, como hombre de principios democráticos solidos, luchó por la vigencia en nuestro país del estado de derecho. Formó parte de la democracia cristiana del Táchira. Su aporte en la formación política, en la organización electoral y en la defensa de nuestros ideales fue permanente a lo largo de su existencia.
Al terminar su tránsito vital por este mundo, no puedo menos que agradecer y reconocer sus valiosos aportes a la larga lucha, que por más de cuarenta años hemos librado en tierra tachirense. Agradecer su amistad, su acompañamiento, su aporte siempre desinteresado en las luchas democráticas y en los trabajos cumplidos en procura del bien común.
En mi gestión de gobierno, en el Táchira, ofreció su aporte intelectual y su cuidadoso examen de los documentos y comunicaciones, que debían emitirse desde el despacho oficial.
Es suya la producción intelectual de la revista histórica y testimonial, editada por mi administración, con ocasión de la inauguración de los trabajos de restauración de la centenaria residencia oficial de los gobernadores del Táchira.
Su aporte a la labor de difusión del pensamiento tachirense y venezolano, desde el Fondo Editorial Simón Rodríguez de la Loteria del Táchira, donde se desempeñó como Presidente en mi gobierno regional es de alto valor. Más de cien obras publicadas muestran su interés por promover el libro como base de nuestra cultura.
En fin, estás notas matutinas se quedan cortas para destacar la recia y fructífera personalidad de mi amigo José Ernesto.
Con ellas hago llegar a su esposa Ledis, a sus hijos María Angélica y Ernesto Jose, a todos sus demás familiares, vecinos y amigos, mis sentimientos de pesar y mis condolencias, que son también de mi esposa y mi familia toda, pues José Ernesto siempre fue un amigo querido en nuestro hogar.
Tariba y Táchira pierden hoy a uno de sus buenos hijos.
Que en Paz Descanse hermano José Ernesto.
Caracas 12 de Octubre de 2021
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Comentarios
Hola amigos y amigas, espero que disfruten esta entrevista con el Lcdo. José Ernesto Becerra Golindano.
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